Egipto, cuna de civilizaciones - OMEGA 64

Egipto, cuna de civilizaciones



Pirámides, mezquitas, bazares, oasis y dunas… el país de los faraones es testigo del cruce entre culturas desde hace más de 5.000 años

Oriente Medio, la región donde se inventó la escritura hace más de 6.000 años, es una gran cuna de civilizaciones. De todas las sociedades que se desarrollaron allí durante la Antigüedad, una de las más famosas y enigmáticas es la egipcia.

Faraones, dioses y jeroglíficos han llegado hasta nuestros días a través de papiros, estatuas, templos y otras construcciones milenarias. Las más conocidas son las pirámides: hay más de 100 en todo Egipto, aunque las más famosas son las de Guiza, situadas en el límite entre el desierto y la capital, El Cairo.



La Gran Pirámide de Guiza (Getty)

Pero el país de los faraones esconde muchos otros monumentos históricos y parajes naturales: desde el Templo de Abu Simbel, en la frontera con Sudán, hasta Alejandría, en la costa mediterránea. Pero es que además, Egipto es un país lleno de leyendas, oasis e historia.


El Cairo, una ciudad de contrastes


Más de 20 millones de personas se agolpan en las calles de El Cairo, la ciudad más grande de todo Oriente Medio. En esta urbe gigante, el polvo y la contaminación se mezclan con algunos de los monumentos más fascinantes de la historia de Egipto.

Lugares como Khan el Khalili nos trasladan a los orígenes medievales de la ciudad. Este bazar de calles laberínticas está situado en el corazón del barrio islámico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.

Cerca de allí se encuentra la imponente Mezquita de Alabastro, construida por el gobernador otomano Mohammed Alí a principios del siglo XIX. Desde su ubicación privilegiada en la parte más alta se puede observar todo El Cairo, una ciudad donde se combinan las luces de los barcos-restaurante del río Nilo, el ruido de los coches, el aroma a té y el humo del tabaco.


Oasis, templos y ciudades milenarias

Más allá de El Cairo, Egipto se extiende como un amplio desierto de arena y roca pero entre las dunas se esconden auténticos paraísos, como los oasis de Siwa y Fayoum.



Oasis Siwa en Egipto (HomoCosmicos / Getty Images / iStockphoto)

Siguiendo el río Nilo hacia el sur llegamos al Valle de los Reyes, en la ciudad de Luxor: un conjunto de templos que acogen las tumbas de más de 60 faraones. Si preferimos ir hacia el norte, llegaremos a Alejandría, una ciudad milenaria que se ha nutrido del cruce de culturas entre griegos, romanos, turcos y árabes.

En la parte más al este del país, el monte Sinaí y las costas del Mar Rojo son un auténtico santuario para los amantes del senderismo y los deportes acuáticos, como el buceo o el windsurf.


Tahrir, la plaza de la liberación

De vuelta a El Cairo, la plaza Tahrir es una parada obligatoria para comprender Egipto. Esta enorme plaza -cuyo nombre significa liberación en árabe- fue bautizada así tras el golpe de estado de 1952, cuando un grupo de militares derrocaron a la monarquía controlada por Reino Unido e instauraron la actual República Árabe de Egipto.

Esta plaza volvió a las portadas y televisiones de todo el mundo en 2011, cuando miles de personas se manifestaron allí durante semanas para protestar en contra del entonces presidente Hosni Mubarak, que había gobernado el país desde 1981.



En esta foto del 13 de febrero de 2011, los jóvenes egipcios se toman fotografías frente a los murales recién pintados en una calle que sale de la Plaza Tahrir en el centro de El Cairo. Ahora, casi todos los rastros de la revuelta popular que derrocó a Mubarak en 2011 han desaparecido y está adornado con retratos del presidente Abdel-Fattah el-Sissi. (Ben Curtis / AP)

Tahrir se convirtió así en el núcleo de las llamadas Primaveras Árabes, una serie de revueltas populares que se extendieron por varios países de Oriente Medio en favor de la democracia, la libertad y la justicia.

En 2012 los egipcios consiguieron celebrar las primeras elecciones casi-democráticas en la historia del país. Pero la inestabilidad social y los intereses militares condujeron a un nuevo golpe de estado tan sólo un año después.

A pesar de ser un régimen autoritario, el actual gobierno de Abdel Fattah el-Sisi cuenta con un amplio apoyo internacional, lo que facilita la recuperación económica del país.

Los egipcios vuelven a vivir en un estado de relativa estabilidad y la seguridad ha vuelto a las calles, a pesar de que no se han alcanzado las libertades reivindicadas en la plaza Tahrir.

FUENTE: LA VANGUARDIA

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